Karl Rosenkranz

Karl Rosenkranz

Karl Rosenkranz se tuvo a sí mismo por un buen alumno. Nunca pretendió alcanzar el rango de filósofo creativo, sino que incidió una y otra vez en su condición de epígono para desarrollar su pensamiento. Eso sí, se consideraba sucesor de reyes. Rosenkranz tenía a gala haber obtenido una cátedra en 1833 en la ciudad natal de Kant, Königsberg, e igualmente sentía un profundo orgullo por haber sido editor y biógrafo de Hegel. Georg Wilhelm Friedrich Hegels Leben (1844) fue la primera biografía del maestro, además de un trabajo encargado por la propia familia de éste (tanta era la confianza que les inspiraba Rosenkranz) y destinado a acompañar la primera edición de sus obras completas. Sin embargo el discípulo se mostró especialmente crítico con la estética del gran filósofo cuando rechazó la visión trifásica del arte: simbólica, clásica y romántica (Hegel, 1997: 584) y se propuso como alternativa la tríada etnicismo, teísmo, cristiandad (con sus tres características respectivas: belleza, sabiduría y libertad). Igualmente entendió que la estética hegeliana carece de una metafísica de lo bello. Esta metafísica que Rosenkranz pretende constituir contiene la triada bello-feo-cómico.