Luis París
Luis París se convirtió durante la década de los ochenta en una firma frecuente en periódicos liberales donde se consolidó su vocación literaria que tendría un primer y fuerte espaldarazo público con Gente nueva, aparecido en 1888. Continuando con su periodismo crítico publicó en noviembre de este año su folleto La clausura del teatro Español, interesante aportación a discusión sobre cómo debía gestionarse tan simbólico teatro y que muestra su interés por la gestión teatral, que acabaría siendo su dedicación profesional. Buen conocedor del mundo periodístico parisiense trató de adaptar al mundo español algunas de sus formas de éxito. Desde 1890 fue uno de los máximos críticos y defensores de Clarín y apuntó claves para comprender su literatura. Clarín, siempre atento, no dejó de percatarse del empuje de este crítico y se estableció una relación epistolar entre ellos. Sabemos las muchas dificultades del periodista para abrirse camino en los periódicos madrileños como les ocurría a los retratados en Gente nueva. Cansado probablemente de peregrinar de un periódico a otro, sin embargo, Luis París se iba acercando cada vez más a una dedicación profesional diferente: la de gestor de teatros. Su llegada al Teatro Real en 1896 se produjo tras la quiebra de empresas anteriores y con el cargo director escénico donde renovó instalaciones y repertorio. Su máximo empeño durante sus años de madurez fue la formación, como director del Teatro Real, del Museo Nacional del Teatro en cuya planta noble ocuparía dos salas desde 1924. Murió en diciembre de 1936.
